miércoles, 27 de octubre de 2010

El escritor Aníbal Ford fue premiado por su trayectoria

El Colegio Nacional de Buenos Aires le entregó una plaqueta por su contribución a la literatura argentina, por el aporte al estudio de los medios de comunicación y por su desempeño como docente.
Por Juan Ignacio Orue, para el cronista.com.
La cultura leída desde lo vital, literatura de vanguardia, perderse por los caminos, el faro del fin del mundo, la docencia universitaria, la pampa húmeda, el tango, la pulsión exploradora, el Delta del Tigre.
Todos estos temas atraviesan la obra de Aníbal Ford y sobre esas cuestiones habló la mesa que, coordinada por Fernando González Ojeda y organizada por el Profesor Daniel Lenci, integraron el sociólogo Lucas Rubinich y los escritores Juan Sasturain y Jorge Lafforgue en el merecido homenaje que le realizó el Departamento de Historia del Colegio Nacional de Buenos Aires por su extensa trayectoria como docente, historiador de la cultura y referente ineludible en el ámbito de la comunicación.
Familiares del escritor, personalidades de la cultura, profesores de sus cátedras, amigos, directivos, docentes y alumnos del colegio escucharon en silencio y a veces con una sonrisa, los comentarios de los panelistas y el cierre definitivo que el propio Ford le puso al encuentro.
En primer termino, Lafforgue hizo un repaso minucioso por la obra cuentística (Sumbosa, Los diferentes ruidos del agua, Ramos Generales y Del orden de las coníferas) y ensayística (Desde la orilla de la ciencia, Navegaciones, La marca de la bestia) de Ford. Además, recordó sus comienzos en el Centro Editor de América Latina, contó anécdotas personales e hizo hincapié en la amistad "de tantos años que me une" con Aníbal.
Luego Sasturain se despachó con unos sonetos de su autoría muy divertidos y celebrados por el público que hacían referencia a los gustos personales del homenajeado ("Racing Club es la única academia") y a títulos de sus relatos.
A su turno, Rubinich recomendó leer la obra de Ford porque es "un maestro" y porque es fundamental para analizar de qué manera "se intercomunican diferentes zonas de la cultura".
Ford siempre se autodefine como un "laburante de la cultura". Arrancó como fletero en Paidós, es uno de los redactores de la "primera Eudeba"; trabajó en varios diarios y fue Jefe de redacción de la revista "Crisis". Dirigió y dirige colecciones en editoriales y equipos de investigación en la facultad. Y desde hace un tiempo maneja los hilos de la revista "Alambre", que circula por Internet.
Viajero incansable, le pican seguido las plantas de los pies. Por eso se pierde por los caminos, motivado por su pulsión exploradora, con la misma libertad que entra y sale de los géneros y cualquier límite disciplinario.
Por eso en su obra, llena de cruces y en tensión permanente, convergen, sin el menor atisbo de pudor, el ensayo con el relato periodístico; la producción académica con la literatura; el testimonio y la biografía con las historias del trabajo. "Nunca pude diferenciar con claridad la literatura de otros quehaceres políticos, cotidianos o científicos", escribió.
Antes de recibir la plaqueta que le entregó la vicerrectora del colegio Rosa López de Del Águila, Ford tomó la palabra para hablar sobre los temas que lo preocuparon y todavía lo preocupan. Y contó, para alegría de los presentes, que está terminando su libro sobre el faro del fin del mundo. Todos aplaudieron.
Comentario: Prof. Daniel Lenci.
Tuve el honor de ser el organizador de este importante evento en mi calidad de Jefe del Departamento de Historia del Colegio Nacional de Buenos Aires para homenajear en vida a uno de los más notables escritores/pensadores de la historia cultural argentina. El fallecimiento de Anibal Ford recientemente ha demostrado que a los grandes maestros hay que homenajearlos en vida, para que puedan palpar el agradecimiento de todos aquellos que tuvimos el privilegio de poder leerlos y conocerlos. Prof. Daniel Lenci, CNBA, UBA.

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