jueves, 9 de junio de 2011

Cuando hablamos de educación hablamos de aprendizajes, de valores, de inversión educativa...

Tuve la placentera oportunidad de reunirme por más de una hora con el Ministro de Educación Prof. Alberto Sileoni con motivo de entrevistarlo para la Revista "Integración Federal" de la FUNIF (Fundación para la Integración Federal) que acaba de ser publicada y su lectura humildemente recomiendo. Me une a Alberto Sileoni una amistad de muchos años ya que fuimos estudiantes de la vieja Facultad de Filosofía de la UBA en la Carrera de Historia y hemos compartido discusiones, peronismo y amigos comunes por muchos años. Sin embargo, debo reconocer la extraordinaria capacidad y evolución como cuadro político y de gestión que el hoy Ministro de Educación ha desarrollado. Abordamos muchos temas, pero algunos fueron realmente fundantes. Va a continuación los aspectos salientes de la entrevista:
Entrevista realizada al Ministro de Educación Prof. Alberto Sileoni
Por Daniel Lenci y Laureano Ralón

En el Consejo de Redacción de la Revista discutíamos ayer cuando preparábamos esta entrevista acerca del impacto que tuvo el año pasado el conflicto estudiantil que puso en el centro del debate algunas discusiones. La sociedad, por ejemplo, se plantea: ¿Qué es la educación? ¿Por qué existen proyectos educativos alternativos? De pronto hay visibilidad que la Ciudad de Buenos Aires no tiene el mismo proyecto que la Nación. En síntesis: ¿De que hablamos cuando hablamos de educación o cuando le decimos a los chicos “…estudien que nosotros queremos esto de Ustedes…”?
Por supuesto que hay proyectos alternativos y hay miradas sobre la educación que confrontan, como miradas sobre la seguridad o el desendeudamiento. Yo soy optimista en que creo que buena parte de la sociedad ha advertido que la educación dejó de ser un tema exclusivo de los educadores; que la educación es un tema que debe ser asumido por la sociedad en su conjunto – estoy hablando de empresarios, comerciantes, padres -por supuesto-, familias, gremios, etc.; que sólo los educadores no pueden educar, eso está claro. Y evidentemente nosotros formamos parte de un proyecto político iniciado en el 2003 que creemos que ha puesto en el centro de las preocupaciones la educación. Siempre digo que el primer gesto de gobierno de Néstor Kirchner fue ir a una provincia -Entre Ríos- que hacía 90 días que no pagaba salarios en cuasi monedas, y eso no es un accidente sino que fue todo un señalamiento a la sociedad que la educación iba a estar en el centro de sus preocupaciones. A partir de ahí, después si quieren podemos explayarnos sobre las medidas.  Nosotros arrancamos el gobierno con un poco menos del 3% del PBI dedicado a educación y el 5% del PBI dedicado al pago de los intereses de la deuda externa. Y en este año, aún con un presupuesto que no fue aprobado por la irresponsabilidad de la oposición, nosotros – y cuando digo “nosotros” digo la sociedad argentina en su conjunto – estamos en un 6.4% del PBI dedicado a educación y en un 2% del PBI dedicado al pago de la deuda. Esto nos parece que es una Argentina distinta, y en ese marco cuando hablamos de educación hablamos de aprendizajes, hablamos de valores, hablamos inversión educativa…
Es hablar de inclusión entonces….
Si…Hablamos de inclusión, por supuesto, pero tampoco inclusión a cualquier precio.
¿Qué significa eso de “inclusión a cualquier precio”?
Hay algo que no se debe aceptar, y todavía nosotros tenemos deudas allí, que es la situación de los chicos que están en la esquina fuera de la escuela, sobre todo adolescentes. Eso es inaceptable. Pero también es inaceptable que estén dentro de la escuela sin aprender. Entonces ahí nosotros tenemos una discusión fuerte y hay un desafío. Por supuesto que creemos en la calidad educativa, pero no creemos en un concepto de calidad educativa prestado de las ciencias económicas o del mercado: un concepto de calidad educativa que se une a otros tales como “excelencia”, que se une a otros tales como “eficiencia” y “eficacia”, que a algunos les permitiría pensar – sobre todo a los sectores más conservadores – que hay que elevar la calidad educativa a cualquier precio; y eso sería elevarla al precio de que se nos vayan los pibes de la escuela. O sea que ahí hay una tensión muy fuerte, y nosotros “somos la primera generación que hay dicho la sociedad argentina quiere que todos sus hijos vayan trece años a la escuela.” Esto es preescolar un año, mas primario y secundario – dividido ya sea en seis años y seis años o en el modo tradicional de siete y cinco años – pero toda la sociedad argentina quiere que sus hijos vayan trece años a la mejor escuela. Esto es un desafío: esa universalidad de una buena escuela hasta hace muy poco se la exigíamos al nivel primario; hoy se la exigimos al nivel secundario…
Bueno, es precisamente ahí, en la escuela media, donde impacta más el tema de la calidad educativa….
Absolutamente. Justamente por eso la Presidenta lanzó el 17 de febrero del año pasado una serie de medidas para mejorar la escuela secundaria, para hacerla más inclusiva, para mejorar la calidad…
¿Qué medidas por ejemplo?
En un plazo que estamos trabajando tendemos a que haya diez materias en el secundario por año, en contra de la fragmentación del conocimiento, porque hay algunas provincias que tienen hasta quince materias y en otras escuelas técnicas llegan hasta diecisiete disciplinas, lo cual es un disparate. Sabemos que una de las fallas de la escuela es la inexistencia de adultos por tiempo más completo frente a los chicos, que en otras escuelas privadas o algunas públicas lo resuelven con tutores. Sabemos que los pibes tienen problemas en algunos momentos de la escolaridad donde son más frágiles, por ejemplo cuando dan exámenes. Entonces el año pasado hemos intervenido en 3000 escuelas, dotándolas de recursos financieros/económicos para que puedan contratar profesores por tiempo más completo o que puedan ser tutores y ayudar a los pibes en los exámenes. Y este año vamos por 6000 escuelas más, totalizando las 9000 escuelas secundarias. En diciembre del año que viene, todos los pibes de la secundaria y  probablemente sus docentes también, van a tener una netbook en una relación uno a uno. Es decir, computadoras para todos. Bibliotecas en todas las escuelas, con más libros y recursos. Este año hemos impulsado un conjunto de actividades sociales: en 1000 escuelas arrancamos con una actividad curricular, para que los chicos que se reciban hayan pasado por lo menos un cuatrimestre realizando acciones comunitarias que los relacionen con el contexto en el cual viven…
Sin embargo los medios y algunos sectores de la oposición han hecho mucho hincapié en el tema de las pruebas PISA, donde Argentina sacó un cierto porcentaje que no se correspondería con el nivel de inversión educativa que el país realiza. ¿Cómo es posible que siendo Argentina uno de los países que más invierte en el cono sur quede por debajo de otros países de la región que invierten mucho menos?
Ahí hay varias razones. Primero que la inversión educativa exige un tiempo, que no es toda la vida, pero exige un tiempo. Nosotros estamos invirtiendo desde el 2003, no estamos invirtiendo desde hace 20 años. Chile tiene la misma discusión y ahora el gobierno de centro-derecha está discutiendo toda la inversión que hizo el gobierno de la Concertación, que fueron 20 años creo, cuatro periodos; y no ven los resultados deseados.
Hay índices que dicen que en Chile lo que se ve es una mejora en las pruebas PISA  que sin embargo no se correspondería con un mejoramiento del nivel de equidad….
Bueno, en Chile tienen otra cuestión. Tiene buena parte de su educación privatizada. Como para entender: los que argumentan que después de una inversión no vemos resultados se dividen en dos. Hay una argumentación que yo escucho con atención que es bien intencionada, y hay otra argumentación que proviene del establishment educativo, de aquellos que cuando gobernaron no hicieron lo que hoy nos exigen que nosotros hagamos. Entonces es una discusión muy fuerte, porque todos en la Argentina hoy tenemos pasado político: ha gobernado la centro-derecha y lo está haciendo ahora en la ciudad de Buenos Aires; ha gobernado el Radicalismo; ha gobernado la Alianza; ha gobernado la dictadura; hemos gobernado nosotros, el peronismo, en varias épocas; han gobernado todos. Entonces ahí hay un razonamiento que es el siguiente: cuando Néstor Kirchner decía que estamos en el infierno y de a poco íbamos a salir, también en educación estamos en esto. Hay todo un proceso de inversión en educación que es menos visible hasta hacer un avance material que te permita incidir un poco mejor en el mejoramiento del aprendizaje. Y en esto la metáfora del edificio funciona bastante bien: hasta empezar a ver el primer y segundo piso pasa bastante tiempo porque se estaba trabajando desde abajo. Lo dijo la Presidenta en su discurso ante la Asamblea Legislativa el 1º de marzo: para mejorar los aprendizajes tenemos que tener mejores escuelas, y vamos a terminar la gestión con alrededor de 1700; tenemos que tener más inversión educativa; tenemos que tener mejores salarios; tenemos que dejar las fotocopias y pasar al libro; tenemos que tener padres con mejores salarios y mejores trabajos, porque eso hace que se sostenga más a los chicos en la escuela. Bueno, todo esto es lo que se ha hecho. Y si todo esto se ha hecho, después haciendo esfuerzos del orden pedagógico más estricto dentro del aula, los aprendizajes van a mejorar. De hecho quiero decir una cosa: la prueba PISA mide 2006/2009, la última fue en el 2009. Si uno toma 2000-2009, hemos empeorado; pero si uno toma 2006-2009, hemos mejorado. La Argentina, si uno toma el periodo 2006-2009, en lo que es comprensión lectora, fue el país que más mejoró en América junto con Colombia, que no es un detalle menor, porque en tiempos televisivos cuando uno tiene que dar una opinión en tres minutos hay cosas que no se pueden explicar en detalles. Uruguay está más alto que nosotros, pero Uruguay tiene el 75% de los pibes adentro de la escuela; nosotros tenemos el 85% de los pibes adentro de la escuela. O sea que para hacer ese análisis hay que tener en cuenta lo que se llama el “índice de cobertura”, porque sino yo digo lo siguiente: yo podría hacer un extraordinario sistema educativo para 6 millones de alumnos, pero nosotros tenemos 11 millones de alumnos; tenemos una tasa de cobertura muy importante, y cuando ya estás incorporando a los últimos, estás incorporando a los más pobres, pibes que son la primera generación en su familia de estudiantes secundarios. Cuando más alumnos se incorporan, cuando tu tasa de cobertura es mayor, evidentemente vamos a tener problemas relacionados con la calidad del aprendizaje. Pero ahí me apuro y digo que no es porque los pobres sean menos capaces, como me dijo algún periodista, sino que estoy sugiriendo que los pibes pobres tienen bastantes obstáculos de aprendizajes. Lo que siempre hizo la clase media cuando un pibe no anda bien en la escuela es ponerle un profesor particular, pero los sectores pobres no pueden hacer eso. El pibe anda mal, teclea, y si el colegio no es muy sensible para recuperarlo – por eso esas reformas para poner algún tutor o alguien que lo ayude – termina repitiendo. Cuando ese alumno tiene uno o dos años de repitencia, ya se ve más grande y abandona la escuela. Ahí también hay una aceptación del destino con respecto a la discapacidad del pibe. El padre dice, “bueno, salió como yo, no le da la cabeza para estudiar.”  Cuando la verdad es que no es así.
Quiere decir que la “tasa de cobertura” de Argentina es muy sólida….
La Argentina es un país que tiene una tasa de cobertura mayor que Uruguay, tiene una tasa de cobertura mayor que Colombia. Pero algo más: ¿Por qué nosotros discutimos la prueba PISA? (Abrimos la discusión y después salieron dos o tres opositores a decir: “el ministro quiere esconder los resultados”). No queremos esconder la prueba PISA; somos uno de los 60 países que está dentro de la prueba PISA por voluntad propia, y pagamos por estar en la prueba PISA. Cuando obtuvimos los resultados hicimos una conferencia de prensa y dijimos que la prueba PISA está pensada para otros contextos, por eso tenemos un avance con los otros ministros de América para hacer una medición propia, sin dejar PISA, que es una prueba de la OCDE. Las pruebas PISA miden a chicos de 15 años que estén dentro del sistema educativo. En Finlandia todos los pibes de 15 años están en segundo año de la secundaria, que es donde deben estar. En la Argentina, en esta última prueba PISA nosotros teníamos un 36% de pibes que han sido tomados en la prueba pero que están en años anteriores porque han repetido, o están en el secundario de adultos, con lo cual la verdad que las diferencias son abismales. Esto no me lleva a decir “estamos bien.” Me lleva a decir: “este es un instrumento que no nos sirve del todo para ver la calidad de la educación de nuestros pibes.” Otra cosa: los países en la vanguardia de esta última prueba PISA fueron Finlandia y los países escandinavos, por supuesto, y después aparecen China-Taipei y China-Taiwán. Esos no son países. Es lo mismo que yo haga una prueba pisa Argentina-Buenos Aires o Argentina-Ciudad de Mendoza. Entonces se compara mal. Igual hay un reconocimiento: nosotros tenemos que mejorar los aprendizajes, pero ahí damos una discusión: para nosotros calidad educativa no es sólo mejoramiento de los aprendizajes. Nosotros decimos: los pibes que han recibido uno de los más de 40 millones de libros que hemos distribuido; los pibes que tienen la Netbook; los 600,000 pibes que están en alguna de las 1200 escuelas nuevas, esos pibes están recibiendo una educación de mayor calidad. Lo que tenemos que hacer – y esa es la deuda o el desafío para este tercer periodo que tenemos – es mejorar los aprendizajes de los chicos; tienen que saber más lengua, matemática, etc.
Países de América Latina, como Cuba, trabajan con un promedio en la relación docente alumno de veinte chicos por docente en el sector primario y de quince alumnos por docente en la escuela media. ¿En la Argentina, cuales son los parámetros? ¿Qué se busca?
Nosotros estamos en estándares más altos, sobre todo en el secundario. Podemos estar en una proporción de 25 a 30 alumnos por docente. Pero no es ahí, me parece, donde tenemos el mayor problema. Vos Daniel sos docente y sabés que un grupo de 30 pibes es manejable.
En la formación docente hay más problemas, me parece.
 Sí, en la formación docente por supuesto tenemos algunos problemas.
¿El sistema de puntaje clasificatorio en la escuela media es correcto?.  Algunos colegas dicen que a un curso o seminario de universidad tiene un reconocimiento parecido en puntaje a un cursillo de menor calidad…       
Por supuesto que coincido. Ustedes saben que estamos haciendo un reordenamiento muy fuerte como Estado Nacional. Nosotros también formamos parte de un Estado que ha regresado, un Estado Nacional que ha vuelto a poner cierto liderazgo en una serie de cosas. Este Ministerio, durante algunos años, en una gestión que no voy a nombrar, tenía una carta de presentación de que decía: “Ministerio de Educación – Ministerio sin escuelas.” Es decir que el Estado Nacional se había retirado, estableciendo algunas funciones de manual como la evaluación del sistema y el refuerzo a las provincias más pobres. Eso dio entre otras como resultado – en la década del 90 y con el derrumbe posterior del Estado – un sistema educativo argentino que era un archipiélago donde cada uno hizo lo que pudo. La prueba está en que en la implementación de la Ley Federal de Educación hubo una treintena o más de modelos que circularon. De este Ministerio no dependen directamente las escuelas; dependen de cada una de las 24 jurisdicciones. Entonces ahí nosotros tenemos que hacer un trabajo muy fuerte de evaluación institucional y de liderazgo. Nosotros hemos generado el Instituto Nacional de Formación Docente, tratando no de que dependan los institutos de él, pero sí de generar políticas para la formación docente. Hasta hace dos años para ser maestro en la Argentina tenías que estudiar tres años; desde el 2008 hay que estudiar cuatro años – un 25% más –, con un último año muy parecido a una residencia médica donde el estudiante debe sumergirse en la realidad. Y estamos trabajando por supuesto mucho en la formación docente del nivel medio. Pero este docente es un docente mejor pago; es un docente que tiene menos urgencias en lo personal, y que tiene alumnos con menos urgencias también. No digo que estamos en el paraíso, pero en algún momento en alguna provincia el 80% de los alumnos que iban a la escuela eran pobres. Esto está cambiando en la Argentina. Nos parece que estamos entrando en un momento donde se dan mejores condiciones para educar, y por eso esta etapa cualitativa distinta que viene ahora: tiene que haber clases todos los días como dice la Presidenta, y ese es un trabajo que tenemos que hacer porque a nivel secundario hay mucho ausentismo docente. De todos modos, hay dos pequeñas buenas noticias: el año pasado fue el año con más días de clase de los últimos diez en la Argentina, y este año empezamos el ciclo electivo con la más baja conflictividad de los últimos años. El 28 de febrero arrancamos en Marcos Paz con la Presidenta y dos días después estaba todo el mundo en clase en la Argentina.
En materia de alfabetismo, ¿Estamos en parámetros parecidos a América?
No, estamos considerablemente mejor.
¿Con la asignación universal por hijo se ha pegado un salto cualitativo en ese aspecto?
No, ahí no hay tanto impacto con respecto al alfabetismo. Teníamos 1.8% de analfabetismo, lo cual en América es una cifra muy importante. Esto hace uno años era 700,000 argentinos; si vos lo ves como porcentaje es poco, pero no es una cifra menor. Lo hemos bajado. Se han alfabetizado más de 200,000 argentinos, y seguimos en ese proceso de alfabetización. De todos modos, si bien la media nacional es 1.8%, en algunas provincias tienen el 7%, especialmente en el norte argentino. Y si ustedes van al interior de esas provincias entre las mujeres se llega al 25% de analfabetismo. O sea, a nivel nacional estamos muy por arriba de América, pero hay que seguir trabajando en algunas provincias.
 ¿Hay alguna evaluación en relación al impacto del Programa Conectar Igualdad con respecto a los sectores más carenciados? ¿Qué pasa con los chicos carenciados cuando reciben las computadoras?
Hay mucho impacto positivo. Yo creo que es un elemento de igualación de derechos extraordinario. De derechos y de oportunidades, como dice la Presidenta, porque recibe la misma computadora un pibe del fondo de la Matanza que un pibe de Capital. Eso es extraordinario. Por supuesto no creemos que una computadora, por llegar a un aula, mágicamente va a mejorar la calidad educativa; pero sabemos que tracciona positivamente en el mejoramiento de la calidad. La computadora tiene más de 40 programas y va acompañada de conectividad. En algunas escuelas todavía puede tardar la conectividad, pero ese es el destino. Entonces indudablemente es una computadora que llega con miles de recursos para los docentes. Estamos trabajando ya en la capacitación docente y el recibimiento es extraordinario.
Muchas gracias Ministro por su tiempo
No por favor, fue un gusto.


Prof. Daniel Lenci
Lic. Laureano Ralón