martes, 5 de marzo de 2013

La muerte de Hugo Chávez pone en discusión las nuevas estrategias para consolidar la región.

No siempre se necesitan cambios bruscos de sistema para observar que la región -insertada en un mundo complejo y en crisis- ha ido cambiando vertiginosamente a lo largo de la última década. La muerte de Chávez si bien no debería alterar significativamente el escenario, sin embargo, nos plantea nuevos desafíos. El primero de ellos es consolidar el sistema democático venezolano dentro de los parámetros que se alinean con los logros la región. El segundo es lograr que los intercambios con los países estrategicamente ligados no se vean alterados significativamente en sus acuerdos. El tercero es no retroceder en las conquistas que la región fue consolidando a partir de la crisis financiera del 2008. Uno de los datos significativos que vuelcan muchos investigadores es que por primera vez en la historia el PBI de las naciones en vías de desarrollo superaron a los de las veintitres naciones más ricas del mundo. Ese cambio de eje hegemónico donde Asia comienza a jugar un rol preocupante para el eje del Atlántico impactó fuertemente en todo el comercio mundial. Venezuela deberá consolidar su salida democrática tras la muerte de su líder, pero deberá contar inexorablemente con el apoyo de las fuerzas armadas. La derecha intentará penetrar en esa disputa operando sobre el poder militar al cual seguramente planteará fisurar. La región por otra parte, deberá seguir acompañado el crecimiento con la búsqueda del control de la inflacción, mientras que la lucha contra el desempleo deberá agotar todas las instancias de la agenda política. El salario no deberá ser la variable de ajuste sino que por el contrario se deberá seguir consolidando las políticas distributivas y los crecimientos objetivos de los salarios reales. Debe haber por parte de los Estados una dura lucha contra la evasión fiscal y la soberanía de las decisiones en su apoyo al país hermano. La pérdida irreparable de Chavez nos exige respuestas maduras, equilibradas y unidas de los países democráticos de la región.
Prof. Daniel Lenci, Universidad de Buenos Aires