lunes, 23 de abril de 2012

La nacionalización de YPF es un punto de inflexión histórica.

La decisión tomada por la Presidenta de la República en el sentido de nacionalizar el paquete accionario mayoritario de Repsol YPF es una medida que marca un verdadero punto de inflexión histórica. Retoma las viejas y siempre nuevas ideas del proyecto nacional que jalonaron grandes hombres como Yrigoyen, Mosconi, Savio y Perón. Retrotae a las grandes deciciones latinoamericanas que tuvieron el coraje de nacionalizar el petróleo mexicano como la que tuvo el democrático y popular General Lázaro Cárdenas. Alguna vez publiqué en un fascículo de Pàgina 12 sobre Historia de Latinamérica la importancia que había tenido esa decisión cardenista cuando las empresas petroleras no respetaron las decisiones soberanas de la República de México. Fue un conflicto con los trabajadores del rubro que terminó con una Comisión Arbitral que dictaminó que las empresas petroleras debían aumentar los salarios ante la negativa de éstas a cumplir con esa disposición. El conflicto pasó a la Suprema Corte de Justicia que ratificó la decisión de los técnicos. Las empresas desoyeron la resolución de la máxima autoridad judicial del país del norte. Cuando todos imaginaban que se venía una simple intervención el General Lázaro Cárdenas sorprendiendo a propios y extraños decretó la nacionalización del petróleo mexicano. A partir de esa decisión nada fue igual en la política mexicana de aquellos tiempos. Escuchar hoy las opiniones del actual presidente mexicano da verdaderas náuseas para todo latinoamericano que se precie de su identidad. La medida tomada por Cristina de Kirchner es trascendental, la política marca un momento histórico que no tiene retorno. Es la decisión de entender que el Estado ha llegado para jugar un rol de orientación, regulación e intervención que la década del noventa había querido sepultar. Vamos a acompañar a la Presidenta en el camino de la recuperación de la soberanía nacional que es ante todo soberanía de las decisiones.
Prof. Daniel Lenci, Universidad de Buenos Aires.